Guatemala (Poema de Pablo Bejarano en honor al Bicentenario)

Bandera de Guatemala
Fotografía de la Bandera de Guatemala en Plaza de la Constitución; Fuente: Chapintv
 

GUATEMALA

Guatemala, patria mía,
que reflejas en tu suelo
la impoluta faz del cielo,
quiero hacerte poesía.
Más allá de la elegía,
el soneto, el madrigal
y la octava que triufal
escribiera entristecido,
quiero hacer un recorrido
por tu cuerpo sin igual.

Darte el verso lisonjero
que mereces, de manera,
que tu eterna primavera
se corone con mi esmero.
Recordar del padre Homero
su palabras delirantes
para hacerte, con diamantes,
un collar de poesía
que ornamente cada día
tus paisajes fascinantes...

Ilumina mi vereda
literaria con tu rostro
y haz que sea mi calostro
la hermosura que te enreda.
Dame el verso que no pueda
concebir mi inspiración
e ilumina mi ilusión
de vivir de viaje en viaje
por la luz de tu paisaje
enmarcado en perfección...

Veo en Alta Verapaz
el preciado paraíso
que luciendo pelo liso
bota ríos en tu faz.
Tierra bella do la paz
tararea una canción
con las aguas del Cahabón
que corona, como a rey
imperial, Semuc Champey
con su edénico pontón.

Tierra verde, tierra franca
que hace honores a su nombre
convirtiendo para el hombre
nuestra paz en monja blanca.
Con sus labios de barranca
profundiza su jardín
ataviado de carmín,
y los cielos petrifica
con los techos que edifica
en las Grutas de Lanquín...

En la Baja Verapaz
brazos blandos y cetrinos
acurrucan los caminos
que se alargan más y más.
Es la tierra que jamás
se desviste ante los ojos
a pesar de los despojos
que perpetra el talador,
porque muestra con amor
un collar de pechos rojos.

El Biotopo del Quetzal
junto al Salto de Chilasco
en el ávido peñasco,
hacen ave fantasmal.
En el bello Rabinal                                                   el paisaje representa
arcoiris sin tormenta
cuando visten de colores
los que bailan como flores
que la música fragmenta...

Más acá, en Chimaltenango,
la belleza que se ve
lleva el nombre de Iximché
y también de Acatenango.
Pareciera que en el fango
sobrevive ante la vista
del viador y del artista,
como fúlgido reflejo,
el sublime Mixco Viejo
que es como musa helenista.

Tierra verde donde están
entre pinos desafiantes,
los vestigios deslumbrantes
y vetustos de Tecpán.
En los templos de San Juan,
que se yerguen paralelos
pareciera que los cielos
se acomodan para ver
esas curvas de mujer
dibujadas por los suelos...

Sobresale en Chiquimula,
como nube marmolina,
la basílica divina
con el Cristo de Esquipulas.
En tus ojos acumulas
la belleza celestial
del oriente magistral
cuando asciendes duramente
con diamantes en la frente
al Volcán de Chicabal.

Abrazando la frontera
con su ambiente caluroso,ñ
en su cielo esplendoroso,
se dibuja la bandera.
Es la egregia cementera
de poetas inmortales,
de escritores nacionales,
como Humberto Porta Mencos
que enternecen a los pencos
con sus versos siderales...

El Progreso, Guastatoya
tiene como cabecera,
y una intensa nopalera
lo ornamenta como joya.
A los árboles arroya
con su linfa el Río Hato
que fenece por un rato,
pero vuelve en el invierno
prometiendo ser eterno
a pesar del insensato.

Los nopales al camino
con sus brazos erizados,
se aproximan agotados
para ver al peregrino.
Hay un árido destino
coronado por abrojos
que al entrar en nuestros ojos
nos encanta y nos fascina:
es Guaytán que se calcina
por el sol de brazos rojos...

La ciudad de las palmeras
ornamenta nuestro mapa,
y al mirar Cotzumalguapa
hay figuras duraderas.
La Laguna de Calderas
aferrada a su volcán,
llora ríos que se van
invisibles hacia el cielo
observando desde el suelo,
en las nubes, un imán.

Barrigones y cabezas
en la vieja Democracia
enaltecen con su gracia
al país de las bellezas.
No hay pesares ni tristezas
recostados en la arena
de esta costa que morena
se humedece con la boca
del océano que se aloca
con instinto de sirena...

En la Nueva Guatemala
se fusionan tres culturas
y una nube de esculturas
forman parte de su gala.
La ciudad es la antesala,
para cada vagabundo
del país a todo el mundo
y del mundo hacia el país,
y en su endénico matiz
el ocaso es más profundo.

Cuando casas coloniales
maquillaban la ciudad,
predicaban la verdad
de los griegos ancestrales.
Entre bardos siderales
que injuriaron las injurias
padecidas por centurias,
germinó, como una flor,
el perínclito escritor
conocido como Asturias...

Como bíceps de titanes
por la selva coloreados,
se levantan matizados
hacia el cielo y sus imanes.
Sobre los Cuchumatanes,
las estrellas hacen nido
y los bosques un vestido
que de lejos se divisa
como fúlgida sonrisa
bajo el cielo colorido.

Zaculeu es el adorno
con pirámides de piedra
superiores a la hiedra
que embellecen nuestro entorno.
Son sus gradas un retorno
al pasado memorable
donde un héroe formidable
hizo frente al español
que traía el rojo sol
en su brazo despreciable...

Izabal, de blancas playas,
es caribe que se pierde
en lo edénico y lo verde
y en las pétreas atalayas.
Quiriguá es, de los mayas,
monumento en que perdura
enigmática escritura
y misterios envolventes
de pirámides ausentes
por terráquea comisura.

Vierte almíbar en los ríos
que se arrastran lentamente
como acuática serpiente
despojada de sus bríos.
En su playa, los navíos
tienen ancla voluntaria
porque es blanca luminaria
que no besa el bravo azur
con penumbra, como al sur,
su enigmática contraria...

El Jumay y el Alzatate
ornamentan el ocaso
cuando el sol mengua su paso
tras su fúlgido combate.
Es Jalapa, para el vate,
la morena que lo inspira
al poner sobre su lira
un volcán o un arroyo
o lo edénico de El Hoyo
do lo acuático suspira.

En su parque florecido
hay un árbol hecho piedra
que alejado de la hiedra
en su orilla ha hecho nido.
Hay un templo malherido
a Minerva cosagrado
do se esconde inmaculado
el espíritu platónico
recordándonos lo armónico
de lo bello, ya olvidado...

En Jutiapa, Andá Mirá
erupciona lluvia entera
que camina lisonjera
como obra de Jehová.
Es aquí en donde está
el menor de los volcanes
persiguiendo los imanes
que se ocultan en las nubes
jugueteando cual querubes
con cambiantes ademanes.

Cuando el cielo está mojado
y descansa en nuestra tierra
en Jutiapa es que se aferra
como niño enamorado.
Al estar en ese estado,
las miradas regocija
con reflejos de sortija
arrancados de la luna
y dibuja la laguna
conocida como Güija...

El espíritu inmortal
de los mayas y su gloria
reaparece en nuestra historia
y en las ruinas de Tikal.
En Petén es ancestral
todo el mundo en derredor
y presume su esplendor
coronado por un cielo
que se une con el suelo
en la cuenca El Mirador.

En Petén el verde intenso
acurruca entre sus ramas
que presumen glaucas llamas
el tesoro más extenso.
Sobre este valle inmenso
aparece reluciente,
como estática serpiente
inmortal, Petén Itzá,
que no viene ni se va
de manera indiferente...

La silueta del quetzal
edifica sobre el fango
la ciudad Quetzaltenango
que sonríe colonial.
Su estructura señorial
se levanta reluciente
recordando el occidente
con los brazos vigorosos
de palacios asombrosos
que se ven sobre su frente.

El volcán Santa María,
cual pirámide sin mano
se levanta ante el humano
que lo mira y desvaría.
Se desata su energía
en el bravo Santiaguito
que derrama tras su grito
una nieve incandescente
que en su tórrido torrente
trae espíritu de mito...

En la tierra de Tecún
Gumarcáj está ataviado
con un bosque mesurado
y se escucha el viejo tun.
En sus tierras hay aún
el espíritu guerrero
que al humano cancerbero
hizo frente en el ayer
defendiendo a la mujer
como ínclito hormiguero.

Inmortal, Gaspar Ilóm,
sobrevive en cada hombre
aunque cambie a diario nombre,
nunca cambia su pasión.
Lucha en cada situación
defendiendo las montañas
que se llenan de marañas
que procuran el dinero
para el ángel usurero
que chamusca sus pestañas...

Entre altísimas palmeras
y sirocos sofocantes,
veo playas fascinantes
y montañas pasajeras.
Van y vienen primaveras
y el venado corre exento
del rechazo y el tormento
que le otorga el cazador
porque acá recibe amor
y piedad, cada momento.

En el bello Xetulul
se divierte todo el mundo,
todo ser está jocundo
bajo el párpado de tul.
En el cóncavo baúl
Takalik Abaj nos cuenta
que en su vértice se enfrenta
el olmeca contra el maya
sin distancia, sin muralla,
con silencio en lid incruenta...

El ambiente colonial
que en Antigua se respira,
es la historia que suspira
su belleza señorial.
En ciudad vieja, inmortal,
De la Cueva y Alvarado
han salido del pasado
para andar entre sus calles
admirando los detalles
de este pueblo que ha cambiado.

Tres volcanes majestuosos
apuñalan sus celajes
y embellecen los paisajes
con sus conos impetuosos.
Sobre nimbos cadensiosos
va Jesús con su mirada
compasiva y agotada
derramando bendición
sobre cada corazón
que la fe tiene elevada...

Se levanta de sus suelos
la columna que soporta,
ante nuestra vista absorta,
todo el peso de los cielos.
Y son dos los rascacielos
en que toda Guatemala
se divisa a real escala
erizada de volcanes
y de blancos ademanes
que presumen de su gala.

En San Marcos el estío
aproxímase abrigado
porque sabe que es helado
e intangible el raudo río.
Tienen bálsamos de frío
las montañas inmortales
que en los meses invernales
se maquillan con la nieve
que blanquea lo que llueve
como llantos torrenciales .

El Canal Chiquimulilla
va corriendo en Santa Rosa
como suave mariposa
que no vuela, pero brilla.
Ha crecido mi Bonilla
con su tórrido torrente
que refleja claramente
el océano sin oleaje
y el edénico paisaje
que se yergue airadamente.

En Cuilapa el continente
nos enseña su cintura
en un parque en que perdura
y lo grita eternamente.
Majestuosa y envolvente
se nos muestra Ayarza bella
como líquida doncella
coronada por montañas
que sonríen aledañas
y fulguran como estrella...

Al pisar Panajachel
en la bella Sololá
el aliento se nos va
por la luz de su vergel.
El paisaje emana miel
con volcanes azulados,
pueblecitos que ubicados
en el lago hacen honores
a Jesús, y por las flores
de pistilos ablandados.

Tiene el lago más hermoso
que pintara en el planeta
ecuménico poeta
con talento primoroso.
El creador es bondadoso
al poner en Guatemala
este lago que se iguala
a la tierra prometida
por su musa derretida
que al edén es antesala...

Ni en Brasil el festival
con garotas se compara
a esta tierra que declara
como propio el carnaval.
Sobre todo el litoral
se percibe algarabía
y la báquica alegría
que en la fiesta de colores
va dejando consabores
como alegre profecía.

Cataratas escondidas
como la de Zunilito,
en cantón San Lorencito
curan almas deprimidas.
Y las playas abatidas
por las olas espumeantes
pareciera que en diamantes
se convierten por lo blanco
de la espuma que en su flanco
pinta huellas delirantes...

Por las lluvias escultoras
con el paso de los años
se han formado los extraños
atanasios de mil horas.
Con los riscos te decoras,
tierra linda y rebosante
de belleza deslumbrante
como cueva San Miguel
inventada por pincel
de talento trepidante.

Bajo un cielo blanquiazul
singular y original
se levanta magistral
el encanto de Xecul.
Es la mezcla del Tehúl
y el indígena que lleva
escondido en roja cueva
sus raíces imborrables,
sus paisajes admirables
y no acepta raza nueva.

Carreteras coronadas
por nopales elegantes,
ríos anchos y extasiantes
y montañas desoladas.
Damiselas impregnadas
con belleza inigualable
así es este formidable,
sinigual departamento
que te cubre en momento
con calor insoportable.

Lentamente y majestuoso
deslizándose el Motagua
nos presume piel de agua
y su paso cadencioso.
El museo esplendoroso
de Estanzuela nos oculta
si no somos gente culta
esqueletos milenarios
que presumen sedentarios
sus bellezas insepultas.

Guatemala te he cantado
porque tienes la belleza
que disipa la tristeza
del espíritu cuitado.
Porque tienes en tu estrado
a poetas inmortales,
a habitantes señoriales
y paisajes solamente
comparados con la fuente
de hipocrene y sus cristales.

Guatemala, tierra mía,
la más bella del planeta,
yo quisiera ser poeta
para hablar de tu ambrosía.
Yo quisiera poesía
de un nivel excepcional
para hacer la octava real
que merece la hermosura
que se muestra y que perdura
en tu suelo sin igual.

Pero sólo puede hacer
estas décimas sencillas
donde cantas, donde brillas
con belleza de mujer.
Sin embargo con leer
mi poema y mi ilusión
pueden ver mi corazón
impregnado de esta tierra
do mi espíritu se aferra
para hacer una canción...

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